Las personas afectadas presentan un sistema inmunitario similar al de pacientes hospitalizados con infección grave por SARS-CoV-2, con el aumento de las células proinflamatorias y la reducción de su capacidad para combatir infecciones.
Fatiga, dificultad para respirar, falta de memoria o dificultad para concentrarse, problemas para dormir o tos constante. La lista de los síntomas de esta enfermedad prolongada es extensa, si bien por ahora se conoce poco sobre su naturaleza. Un nuevo estudio ha revelado la activación inmunitaria en todo el cuerpo y la presencia de fragmentos virales en el intestino de las personas afectadas.
Un estudio liderado por investigadres de CiQUS, dependente de la Universidad de Santiago de Compostela, ha revelado alteraciones específicas relacionadas con la inflamación y la respuesta inmunológica continua. Los resultados ofrecen nuevas vías para diagnósticos más precisos y tratamientos específicos frente a esta enfermedad ocasionada por el virus SARS-CoV-2.
No existe en la actualidad ningún tratamiento eficaz para este tipo de síntomas prolongados en el tiempo, que pueden incluso llegar a ser crónicos. Esta investigación, liderada por el Hospital Universitario de Zúrich, pretende mejorar la atención de los pacientes con nuevas estrategias de tratamiento.
Un equipo multidisciplinar español ha demostrado que el SARS-CoV-2 infecta y daña neuronas en distintas regiones del cerebro de un ratón susceptible al coronavirus. Sin embargo, estos efectos son evitados completamente por la vacuna española MVA-CoV2-S contra la covid-19, desarrollada por un equipo del CNB-CSIC, aún sin aprobar.
La gravedad de estos síntomas está relacionada con el nivel de fatiga y las manifestaciones neurológicas, como mareos y dolor de cabeza, experimentados durante la fase inicial de la enfermedad. Muchos pacientes exponen sus dificultades para conseguir que los profesionales médicos se tomen en serio estas señales.
La infección por SARS-CoV-2 afecta de forma variable a las personas, también tras superarla. Puede dar lugar a síntomas que se prolongan el tiempo, con la preocupación de que algunos casos evolucionen a un síndrome de fatiga crónica. Tras un año de mucho ruido, ¿qué sabemos sobre sus consecuencias?