Investigadores de la UNED han medido el cortisol, una hormona implicada en el aprendizaje y la memoria, para identificar diferentes tipos de deterioro cognitivo ligero –en algunos casos, la fase previa al alzhéimer y otros tipos de demencia–. Los expertos han analizado los niveles de esta hormona en tres momentos del día y han descubierto que se encuentran alterados por la mañana en pacientes con este pronóstico.
Ante la ira, aumenta la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y la producción de testosterona, disminuye el cortisol (la hormona del estrés), y el hemisferio izquierdo del cerebro se activa más. Así lo indica una nueva investigación liderada por científicos de la Universidad de Valencia (UV) que analiza los cambios en la respuesta cardiovascular, hormonal y de activación asimétrica del cerebro cuando nos enfadamos.