Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han participado en un estudio internacional, publicado en Nature, que analiza cómo esta corriente ha influido de manera determinante en el clima europeo durante más de 700 años provocando eventos extremos como incendios, epidemias o inundaciones.
El orden climático de la Tierra puede verse alterado con el debilitamiento de los flujos marinos que transportan agua caliente hacia el norte. Aunque el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático considera improbable un declive completo para este siglo, un estudio de investigadores daneses ha encontrado señales de alerta temprana de una transición crítica.
Las corrientes de los océanos son invisibles, sobre todo las que discurren bajo el hielo marino del océano Austral. Dos equipos de científicos han podido observar por primera vez en la Antártida pequeños y enérgicos flujos de agua gracias a robots oceánicos y a sensores unidos a las focas de Weddell, protagonistas del #Cienciaalobestia.
En septiembre de 1859, una gran erupción solar causó la tormenta geomagnética más violenta conocida hasta ahora, llamada la fulguración de Carrington, que anuló los sistemas de telegrafía de la época. En la actualidad, satélites, líneas eléctricas, transportes y sistemas de comunicación y posicionamiento son algunos de los recursos tecnológicos que podrían colapsarse a causa del impacto de las tormentas geomagnéticas sobre la Tierra. Un nuevo trabajo mejora las predicciones de la vulnerabilidad de la red española de transporte eléctrico.
Durante los últimos 50 años, el calentamiento en el Ártico ha sido rápido mientras que el océano Antártico se calentado poco o nada.
Cuando la anciana Marianne Winkler encontró este año una botella en una playa de la isla de Amrum, en Alemania, poco podía imaginar que el mensaje que llevaba dentro lo habían mandado oceanógrafos británicos hacía casi 110 años. El objetivo de los remitentes era realizar investigaciones pesqueras, y su recompensa por encontrar el mensaje, un chelín, ya ha sido entregada a la descubridora.
Parecen bolsas de gelatina que vagan sin rumbo por los océanos, pero algunas especies de medusas tienen una sorprendente habilidad para detectar la dirección de las corrientes oceánicas e, incluso, oponerse a ellas. Así lo confirma un estudio sobre el aparente libre errar de la medusa aguamala, típica de costas del norte de Europa y el Mediterráneo. El hallazgo permitirá mejorar la gestión de las plagas.
Investigadores de la Universidad de Cádiz y Puertos del Estado han instalado un sistema de radares de alta frecuencia en el entorno del estrecho de Gibraltar. El objetivo es medir su utilidad en la predicción de catástrofes marítimas y extender la técnica al resto de costas españolas.
Investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han analizado las conexiones entre la hidrodinámica, los fondos marinos y su fauna asociada para determinar cómo se relacionan entre sí las corrientes marinas, las comunidades del bentos y las especies de peces acompañantes. Los resultados permitirán predecir el tipo de hábitat que se puede encontrar bajo unas determinadas condiciones hidrodinámicas.