Un estudio en ratones muestra que el consumo prolongado de alimentos altamente calóricos y apetecibles, como las chocolatinas, provoca cambios en la plasticidad y el funcionamiento del núcleo accumbens del cerebro. Estas alteraciones tienen un fuerte efecto sobre las conductas alimentarias y están mediadas por la activación de células inmunitarias y procesos inflamatorios en esta región cerebral. Los resultados de la investigación señalan nuevas vías para tratar la obesidad.