Parpadear no solo nos ayuda a mantener los ojos lubricados. Investigadores neerlandeses han revelado que durante una conversación, las personas interpretan el pestañeo de su interlocutor como una respuesta. Según el estudio, los parpadeos más largos se entienden como un gesto de comprensión.
Un estudio demuestra por primera vez que los bilingües se apoyan en indicadores no verbales –relacionadas con el contexto, como el conocimiento previo sobre el interlocutor– para anticipar el idioma en el que hablará la otra persona y así poder iniciar antes sus procesos de activación cerebral. No obstante, este mecanismo varía en función de la edad con la que el bilingüe ha aprendido el segundo idioma y el nivel que ha alcanzado.