Inspirándose en la función fotosintética de las plantas, un consorcio europeo liderado desde el Instituto Catalán de Investigación Química ha desarrollado un dispositivo que convierte dióxido de carbono, agua y luz solar en combustibles sostenibles, de una forma eficiente y barata. El próximo paso es demostrar su viabilidad industrial.
Científicos de la Universidad de Melbourne han desarrollado un electrolizador capaz de absorber el agua del aire, incluso en entornos secos, para dividirla en sus dos componentes: hidrógeno, que se puede usar de combustible, y oxígeno, que se libera a la atmósfera. El dispositivo se alimenta con energía renovable, solar o eólica, y se podría utilizar en regiones remotas.
Los mecanismos bioquímicos de la fotosíntesis de las plantas han inspirado a científicos de la Universidad Autónoma de Madrid para diseñar un material de fibras de carbono, barato y accesible, que podría facilitar la producción masiva de hidrógeno. Este elemento es un candidato alternativo a los combustibles fósiles como fuente energética.
Investigadores del instituto IQTCUB de la Universidad de Barcelona han creado modelos computacionales de nanopartículas de óxido de titanio. El avance servirá para buscar un catalizador que, con luz visible, permita la división del agua y generar hidrógeno, uno de los combustibles del futuro.
Megasupramoléculas para reducir la explosión del combustible. / Caltech/JPL
Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) han desarrollado un proceso que avanza hacia la creación de refinerías sostenibles para producir combustibles y materias primas alternativas al petróleo. Para ello utilizan biomasa y otros residuos como plásticos y neumáticos en instalaciones piloto.
Investigadores de la Universidad de Sevilla han descubierto un catalizador que convierte el dióxido de carbono en un combustible, el metanol. Además actúa 87 veces más rápido que el que se emplea de manera habitual en el sector industrial.
Reducir el contenido de azufre de los combustibles que se emplean en el sector transporte es uno de los objetivos de las políticas de la Unión Europea en materia medioambiental. Por ello, las empresas petroleras trabajan en la producción de combustibles con “cero azufre” para eliminar este elemento químico en sus procesos de refino. El objetivo ahora es dar una salida comercial a este subproducto.