El ADN de los restos de antiguos perros de América revela que estos canes no proceden de los lobos de la región, sino de antepasados siberianos que llegaron al continente hace 11.000 años y desaparecieron tras la llegada de los europeos. Su única herencia en las razas actuales es un cáncer genital canino.
Esqueleto humano prehistórico en la cueva de Chan Hol, cerca de Tulum / Tom Poole, Liquid Junge Lab
El palenque de Yanga, en México, es el primer núcleo de esclavos africanos rebeldes –conocidos como cimarrones– que se estableció en América. Analizando el ADN de sus descendientes, un equipo internacional, dirigido por la Universidad Complutense de Madrid, ha descubierto que en ellos queda muy poco rastro genético africano, al haber mayor proporción de los ancestros europeos y amerindios como consecuencia del mestizaje.
La conquista española del Perú, que comenzó en 1532, cambió el ecosistema litoral del noroeste de este país. Antes de esa fecha, las dunas estaban llenas de conchas desechadas por los habitantes locales, que ayudaron a estabilizar los montículos. Tras la llegada de los colonizadores, los nativos se desplazaron al interior y la forma de la costa cambió.