Investigadores españoles han analizado las huellas de cocodrilos fósiles que poblaban la provincia de Soria hace 145 millones de años. Según sus hallazgos, estos reptiles extintos caminaban en una posición más incorporada y de una forma más ágil que sus actuales descendientes.
Los cocodrilos que habitaban en las costas del norte de África durante el Mioceno tardío se embarcaron a cruzar lo que ahora es la cuenca mediterránea hasta llegar a Europa. Así lo confirma el análisis de los primeros fósiles del género Crocodylus de la península ibérica, hallados en el yacimiento valenciano de Venta del Moro entre 1995 y 2006, y que son descritos ahora por primera vez.
La noche anterior a su extracción en un yacimiento de los Pirineos catalanes, los restos de Ogresuchus furatus fueron sustraídos y desaparecieron durante varias semanas. Una vez recuperados, su análisis ha revelado que se trata de una nueva especie de cocodrilo terrestre de tamaño relativamente pequeño que pudo alimentarse de crías de dinosaurio hace unos 71 millones de años.
Las aguas del Pisuerga y el Duero en Valladolid han sido removidas, sin éxito, en busca de un cocodrilo del Nilo, una especie que difícilmente podría vivir en un clima tan frío. Sin embargo, no sería la primera vez que se encuentran en España reptiles exóticos, como serpientes y tortugas que han acabado adaptándose a ambientes insólitos. Detrás de esos hallazgos está el tráfico ilegal de especies, una amenaza a la biodiversidad local.
Desde que se descubre un fósil hasta que se analiza, a menudo pueden transcurrir varias décadas. Este ha sido el caso del ‘Cocodrilo de Ordesa’, un fósil de 50 millones de años de antigüedad que pertenece a un ejemplar marino único, hallado a 2.000 metros de altitud en el Parque Nacional de Ordesa hace 25 años. Ahora, gracias a una campaña de crowdfunding, va a poder salir de la roca donde se encontró.
En el yacimiento de la Puerto de la Cadena en Murcia, un equipo de 20 paleontólogos ha identificado la presencia más reciente de cocodrilos en la península ibérica, lo que apunta a que la temperatura era mayor en el Plioceno temprano. La presencia de jiráfidos o macacos confirma que la fauna africana permaneció en Europa al menos hasta hace 4,9 millones de años.
Los parientes más antiguos de los dinosaurios se parecían más bien poco a estos animales prehistóricos. En un artículo publicado en la revista Nature, los científicos describen al primo más antiguo conocido de los dinosaurios, lo han denominado Teleocrater rhadinus y era un carnívoro, similar a un cocodrilo de más de dos metros de largo.
Diplocynodon ratelii, de aspecto muy similar a los caimanes actuales, acechaba presas de pequeño tamaño como roedores.
El fósil de un reptil del Triásico medio, que conserva una cría en su interior, supone la primera evidencia de un arcosauromorfo –al que pertenecen dinosaurios, aves y cocodrilos– que daba luz a crías vivas en lugar de poner huevos. El nacimiento en vivo era desconocido en este grupo.
Un cocodrilo del Cretácico convivió con los últimos dinosaurios del Pirineo. Allodaposuchus hulki es el nombre que se ha dado a la nueva especie en homenaje al superhéroe de Marvel, Hulk, ya que se trata de un animal muy robusto, con una musculatura muy desarrollada y, posiblemente, con mucha fuerza en las extremidades.