Un bit de información se puede registrar por la posición de un solo átomo de cloro en una superficie metálica, y de esta forma se podrían crear dispositivos de almacenamiento de datos del tamaño de un sello con el contenido de todos los libros de la humanidad. El avance lo acaban de demostrar investigadores de la Universidad de Delf (Países Bajos) con la colaboración de un científico español.
La Universidad de Córdoba ha desarrollado una metodología que ayuda a determinar la ausencia de patógenos en alimentos mediante la cuantificación de los subproductos que surgen por usar desinfectantes durante su procesado. La técnica ya la habían aplicado con éxito en vegetales, zumos y leche, y ahora se ha adaptado por primera para los quesos europeos, desde frescos griegos a curados españoles.
Además de ser una guarrería, orinar dentro de la piscina puede perjudicar la salud. Cuando el ácido úrico de la orina reacciona con el cloro que se usa para desinfectar el agua se originan sustancias tóxicas que irritan la piel, los ojos y las vías respiratorias. Así lo confirma un análisis efectuado por investigadores de EE UU y China.
Los efectos irritantes del cloro no solo pueden producirse dentro del agua sino también en el ambiente de las piscinas cubiertas. Así lo indica una investigación, publicada en Gaceta Sanitaria, que determina que la concentración media de cloro en el aire de las piscinas cubiertas es de 4,3 miligramos por metro cúbico, muy por encima del 1,5 establecido como límite para percibir irritaciones.
En los últimos años han aumentado las piscinas naturalizadas, aquellas que no utilizan cloro ni otros productos químicos para su desinfección. Ahora científicos de la Universidad de Barcelona han detectado contaminación fecal en algunas de ellas debido a las deposiciones de pájaros y otros animales, por lo que recomiendan investigar el alcance del problema y determinar los parámetros microbiológicos que aseguren la salud de los bañistas.
Los investigadores estudiaron los efectos respiratorios y los cambios a corto plazo que se produjeron en los biomarcadores de genotoxicidad