El paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, Emiliano Bruner, confirma en su último trabajo que el mayor tamaño del precúneo en los Homo sapiens es una de las diferencias más evidentes respecto al cerebro de los chimpancés. Esta es una de las áreas más variables entre individuos adultos, esencial para la integración visoespacial, que coordina las relaciones entre cerebro, cuerpo y ambiente.