Con la ayuda de hornos de arco eléctricos, investigadores de la Universidad de Cambridge han desarrollado un nuevo método para generar este componente del hormigón que, si se aplicara, supondría un gran paso en la lucha contra el cambio climático. La producción de este material de construcción genera el 7,5 % de las emisiones de CO2 globales de origen antropogénico.
Por primera vez en el mundo, investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia han obtenido un hormigón celular, ligero y aislante en el que el 85% de sus materiales son residuos. Para fabricarlo se usa papel de aluminio doméstico, cenizas de cáscara de arroz y residuos procedentes de la fabricación de hierro o de la obtención de combustibles.
Un equipo internacional de investigadores ha estudiado el proceso de hidratación de la alita, el componente principal del cemento Portland. Utilizando varias técnicas de análisis en el sincrotrón ALBA, han podido comprender aspectos clave del proceso de hidratación hasta ahora desconocidos. Los resultados son de interés industrial ya que permitirán optimizar las prestaciones de los morteros y hormigones.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han ideado un método para mejorar el aislamiento y absorción de los materiales de construcción utilizando un residuo vegetal: huesos de aceituna carbonizados. Este desecho de la producción de aceite de oliva también aumenta las propiedades térmicas y acústicas de los materiales.
Científicos españoles y brasileños han creado un nuevo tipo de cemento a partir de ceniza de hueso de aceituna y escoria procedente de altos hornos. Se trata del primer cemento fabricado en todo el mundo en el que todos los materiales usados son residuos, lo que lo convierte en una alternativa mucho más sostenible respecto al utilizado actualmente en el sector de la construcción.
Investigadores de la Universidad de Huelva y de una universidad brasileña han conseguido elaborar ladrillos con material procedente de las plantas de gestión de residuos de construcción. El producto supera los requisitos de resistencia establecidos en las actuales normativas de edificación en Europa y América con un menor coste de producción. Los experimentos, realizados en Brasil, han demostrado la efectividad de su aplicación inmediata en la industria.
Investigadores japoneses y de la Universidad del País Vasco han analizado las características físicas del agua que forma parte del cemento, para contribuir a diseñar mejor este material de construcción. Los resultados muestran que las temperaturas elevadas hacen desaparecer el agua de los poros más pequeños, produciéndose microroturas.
Las cualidades de las cenizas producidas en la combustión de biomasas las convierten en una alternativa sostenible al cemento como material de construcción. Así lo refleja un estudio de investigadores de la Universidad de Jaén sobre este residuo de las plantas de generación eléctrica.
Cálculos realizados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Tecnalia empleando la capacidad del Centro de Supercomputación de Galicia podrán ayudar en el futuro a conseguir cementos más duraderos, más resistentes a la pérdida de calcio y capaces de soportar mejor el paso de los años y por tanto de hacer más seguras las construcciones en las que se empleen.
La investigadora Idurre Kaltzakorta ha estudiado la posibilidad de añadir al cemento capacidades como la auto-reparación de grietas y el almacenamiento de energía de calor latente. Los resultados de su estudio los ha presentado en una tesis en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).