Un estudio de dos investigadoras confirma lo que muchos dueños de perros ya sabían: que son celosos. En su experimento, los animales se molestaban más cuando el dueño acariciaba un perro de peluche que si se trataba de otro objeto. Según ellas, su trabajo prueba que los celos no son una construcción social humana, ligada solo a las relaciones románticas. Han podido desarrollarse como estrategia para reforzar los vínculos sociales frente a extraños.
Un estudio realizado por investigadores de España, Holanda y Argentina señala que en el ambiente laboral, la competición sexual afecta más a las mujeres que a los hombres. Sin embargo, las habilidades sociales del rival provocan celos y envidias profesionales en ambos sexos por igual.