La calidad del cava depende de factores técnicos como procesos de fermentación, envejecimiento y embotellado, que suelen mantenerse estables durante años. Investigadores de la Universidad de Málaga han descubierto que las oscilaciones del Atlántico Norte –que repercute en el clima de Europa– influyen también en los atributos de este vino espumoso. Los años en que prevalece el anticiclón de las Azores, la calidad del cava disminuye.