Las ciudades europeas podrían evitar hasta 10.000 muertes prematuras ampliando las redes de carriles bici. Así concluye un estudio, publicado en Preventive Medicine, que asocia la longitud de la red de vías ciclistas con el tipo de transporte elegido y los beneficios para la salud. Así, Londres podría evitar hasta 1.210 muertes prematuras al año, seguida de Roma, con 433, y Barcelona, con 248.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona han creado un modelo de simulación que determina cuales son las mejores medidas que se pueden adoptar en las infraestructuras de una ciudad para, según cada caso, incrementar el número de usuarios de la biciclieta. El programa informático ayuda a los políticos municipales a plantear mejoras en este ámbito.
Desplazarse en bicicleta o a pie puede reducir hasta un 50% el riesgo de padecer enfermedades coronarias