Su plumaje de color azul y castaño es, sin duda, el rasgo más distintivo de la carraca europea, un ave migradora amenazada, y de la que hasta ahora poco se sabía sobre su migración e invernada. Científicos de nueve países, entre ellos España, desvelan por primera vez, gracias a geolocalizadores y emisores satélite, las rutas entre el sur de África y Europa de buena parte de las poblaciones de esta especie de delicado estado de conservación.