Un equipo de matemáticos de las universidades Complutense y Carlos III de Madrid han identificado cambios de fase, como los que experimenta el agua, en comportamientos caóticos de animales que se mueven juntos. El avance se podría aplicar al estudio del movimiento celular o de tumores.
Señales caóticas para cifrar mensajes.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos y de la Universidad de Maryland han desarrollado un novedoso método de control de sistemas caóticos y, por primera vez, se ha aplicado en tres dimensiones. El estudio es portada de la más veterana de las revistas científicas, Philosophical Transactions of the Royal Society.
Si se dispone de poca información del entorno, un patrón de búsqueda caótica puede ser una estrategia eficiente para encontrar lo que se busca. En moluscos, esto podría tener origen en procesos neuronales internos, según un estudio publicado en la revista Nature Scientific Reports. Asimismo, entender los mecanismos generadores del caos y su conexión con el comportamiento de búsqueda puede ayudar a aplicar este tipo de patrones en situaciones de investigación con humanos.
Detrás de la aparente aleatoriedad de un partido de baloncesto se produce una autoorganización en los equipos. Las interacciones entre compañeros y oponentes se influencian entre sí todo el tiempo, y el propio juego permite que surjan comportamientos creativos. Este fenómeno, detectado por investigadores españoles tras analizar más de 6.000 partidos de la NBA, se asemeja a la evolución constante que deben desarrollar los seres vivos para mantenerse en la naturaleza.
Los rostros de las personas son muy diferentes entre sí, mucho más que los de de la mayoría de los animales. Esta diversidad es el resultado de la presión evolutiva para que cada individuo sea fácilmente reconocible dentro de un grupo complejo y evitar así el caos social, según un estudio de la Universidad de California en Berkeley (EE UU).
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos, junto a un equipo portugués, han aplicado un novedoso método de control de sistemas caóticos a un modelo matemático del cáncer. Los resultados ayudan a evitar el crecimiento incontrolado de células tumorales y la desaparición de tejido sano.
La Universidad Rey Juan Carlos ha nombrado esta semana Doctor Honoris Causa al profesor James A. Yorke (Nueva Jersey, 1941), el matemático que introdujo el concepto de caos en la ciencia. Detrás de la teoría del caos están las predicciones meteorológicas, los modelos económicos, el movimiento de los planetas y hasta nuestra propia vida.
Las series temporales de desempleo en España presentan un comportamiento caótico, según un estudio de la Universidad de Sevilla. La existencia de este caos implica el carácter complejo e imprevisible de nuestro mercado laboral a largo plazo, aunque a corto se podría predecir con complejos modelos matemáticos.
Los patrones de movimiento de los viandantes en multitudes, tales como conciertos y procesiones, o paradas intermitentes del tráfico y movimientos caóticos en atascos, surgen normalmente de forma espontánea. Un equipo europeo ha diseñado un modelo basado en la ciencia cognitiva –estudio de la mente humana– que podría servir de ayuda a los ingenieros que diseñan las rutas de evacuación de grandes multitudes durante desastres.