Un equipo internacional de científicos ha secuenciado el genoma completo del caballito de mar e investigado los mecanismos esenciales de su evolución. Han observado que perdieron varios genes, presentes en muchos peces, que contribuyen al desarrollo de los dientes y las aletas pélvicas. Otros genes se duplicaron para hacer posible el embarazo masculino.
Siempre se ha movido entre dos mundos, la ciencia y el arte, y eso es lo que llevó a José Pintado, del Instituto de Investigaciones Marinas en Vigo (CSIC), a crear en 2007 el proyecto Neuston. En él científicos y artistas de distintas disciplinas mantuvieron una serie de encuentros para tender puentes entre sus respectivas áreas de conocimiento. Pintado combina su actividad investigadora, dedicada al estudio y cría en cautividad de especies marinas protegidas, con la divulgación de la ciencia. Toda su actividad está impregnada de una concepción de la cultura como algo transversal.
Los hipocampos se alimentan de presas huidizas y muy sensibles a los cambios, capaces de sentir cualquier deformación en el agua circundante. Investigadores estadounidenses han averiguado su truco para cazar: es la forma de la cabeza lo que les permite moverse sin perturbar su entorno.
Embriones en desarrollo en un pez pipa macho.
Uno de los diez ejemplares de caballito de mar narizón (Hippocampus guttulatus) liberados por los investigadores del CSIC en aguas de la ría de Arousa (Pontevedra) en un estudio pionero a nivel mundial que permitirá, por un lado, conocer más sobre la especie y por otro, ver si son capaces de adaptarse al medio natural tras toda una vida en el laboratorio.