Una histórica intrusión de polvo sahariano, propiciada por la borrasca Celia, está afectando la península ibérica desde ayer. Las partículas, que proceden del desierto del Sáhara y se desplazan por Europa hasta el Atlántico tropical, pueden degradar la visión, causar problemas respiratorios y empeorar la calidad del aire, convirtiendo a España estas horas en el país con el peor índice de la contaminación del aire.
Una excepcional lengua de polvo procedente del desierto del Sáhara y potenciada por los vientos de la borrasca Celia está impregnando la atmósfera peninsular. Según datos del Índice de Calidad del Aire, los altos niveles de polvo en suspensión desaconsejan cualquier actividad al aire libre en municipios de todo el territorio durante las próximas horas.
La borrasca Filomena, que ha dado paso ahora a una ola de frío extremo con temperaturas de hasta -12 º C, ha dejado la mayor nevada registrada en el último siglo en España. Este fenómeno meteorológico adverso, que ha provocado cortes de carreteras, de suministros, caídas de árboles, y pérdidas humanas, podría llevar un apellido: el cambio climático.