Un trabajo de investigación dirigido por la Universidad Complutense de Madrid ha conseguido aislar por primera vez bifidobacterias en la leche materna. El hallazgo supone un apoyo más al redescubrimiento del valor de la lactancia. Además, el aislamiento de estos microorganismos implica la posibilidad de utilizar algunas de las cepas más adecuadas como complementos probióticos
Un equipo dirigido por la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Yolanda Sanz ha demostrado por primera vez la relación entre la microflora intestinal y la enfermedad celíaca, una dolencia de carácter autoinmune que provoca intolerancia al gluten. El hallazgo, publicado en la revista GUT, sienta las bases para el desarrollo de futuras estrategias de intervención nutricional que contribuyan a restablecer el equilibro intestinal en el paciente celíaco y a mejorar su calidad de vida.
La desinfección, aunque evita riesgos sanitarios, tiene desventajas. Los procesos térmicos a los que se somete la leche antes de comercializarla eliminan microorganismos que pueden originar enfermedades, pero también acaban con las bacterias beneficiosas. Para contribuir a compensar la muerte de los habitantes de la leche y conocer los efectos de nuevas bacterias beneficiosas que aún no están en el mercado, el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA-CSIC) desarrolla varios proyectos científicos.
Bacterias de la especie Bifidobacterium animalis observadas al microscopio electrónico (el tamaño de la barra es de 5 micras). Fotografía cedida por el grupo de Probióticos, Prebióticos y Exopolisacáridos del IPLA-CSIC.