Un equipo internacional de investigadores, liderado por científicos españoles, ha estudiado la respuesta del núcleo exótico de berilio-11 (que solo vive 14 segundos) frente a un campo eléctrico intenso generado por núcleos de oro. Mediante complejos cálculos de mecánica cuántica se ha analizado este sistema de tres cuerpos, constituido por un corazón de berilio-10, el oro y un neutrón que forma un característico halo.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y el CSIC han diseñado derivados aromáticos de berilio capaces de absorber y enlazar aniones, como si fueran una esponja, con extraordinaria fuerza. Esta propiedad los convierte en especies de potencial interés en el desarrollo de dispositivos electrónicos.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y el CSIC han caracterizado un nuevo enlace intramolecular del berilio, denominado Be-Be, en derivados de naftaleno, un sólido blanquecino. Sorprendentemente, la fuerza de este enlace monoelectrónico es hasta diez veces mayor que el de la molécula diatómica Be2.
Las explosiones estelares conocidas como novas son responsables del 75% del litio existente, según apunta un estudio internacional en el que han participado investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC). El trabajo se ha centrado en la nova Sagittarii 2015 N.2, que muestra grandes cantidades de berilio-7, un elemento que se transforma luego en litio.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y el CSIC han descubierto que la interacción entre derivados de berilio, un metal muy ligero, con moléculas ricas en electrones puede generar de forma espontánea radicales. Estas especies químicas presentan un gran poder reactivo y se encuentran en multitud de fenómenos, desde procesos atmosféricos hasta procesos metabólicos.
Astrofísicos japoneses han detectado por primera vez berilio radiactivo, que se transforma en litio, en una explosión de nova en el espacio. La revista Nature publica las nuevas observaciones, que confirman una teoría planteada por científicos españoles del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE) hace dos décadas. La contribución de las explosiones estelares es crucial para entender la evolución del contenido de litio de nuestra galaxia.