Cuando parecía que la desigualdad digital entre ricos y pobres podría reducirse, aparece una nueva brecha: la de uso. Un estudio, basado en datos agregados anónimos de móviles, muestra que en las zonas ricas tienden a informarse a través de medios tradicionales online, en tanto que en las de menos recursos recurren más a redes como Facebook y plataformas como YouTube, conocidas por propagar desinformación y bulos.