Un estudio internacional, con participación española, describe una nueva forma de trasladar fármacos al cerebro, uno de los grandes desafíos de la ciencia farmacéutica actual. Este hallazgo podría ayudar a diseñar nuevos tratamientos para enfermedades neurológicas como el párkinson o el alzhéimer.
El Instituto de Bioingeniería de Cataluña impulsa un proyecto que permitirá que un fármaco pueda superar la barrera hematoencefálica, un factor limitante en el diseño de nuevas terapias para las enfermedades relacionadas con el sistema nervioso central como la enfermedad de Parkinson. La campaña “A por el párkinson” tiene por objetivo recaudar 50.000€ y permanecerá abierta hasta el 30 de abril.
Un estudio español describe el efecto regenerador y neuroprotector en la enfermedad de Parkinson de dos factores neurotróficos cuando se aplican de forma combinada. Esta patología es un trastorno motor, originado por la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra del cerebro. Estas neuronas son las células nerviosas que producen dopamina, un neurotransmisor que tiene un papel central en la modulación de los movimientos involuntarios.
La insalvable barrera hematoencefálica impide la entrada de microorganismos en nuestro cerebro, pero también la de medicamentos que podrían ayudar a tratar el párkinson, el alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Ahora un físico español y otros investigadores de la Universidad de Columbia (EE UU) han conseguido colocar esas sustancias en diminutas burbujas lipídicas de tal forma que se pueden liberar, mediante ultrasonidos, justo en el área cerebral donde se necesiten.
Investigadores del IRB Barcelona publican un artículo de revisión sobre el campo emergente de los transportadores de medicamentos, hábiles para acceder más eficientemente al cerebro. El artículo es portada de la revista Chemical Society Reviews.