En algunos países los búhos se consideran portadores de mal presagio y muerte, en otros, animales sabios y misteriosos. Estrellas de películas de animación, compañero mágico de Harry Potter o un replicante más en Blade Runner, estas aves son las protagonistas del último libro de la escritora Jennifer Ackerman, donde se entrelaza arte y ciencia.
Estos majestuosos animales, protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia, son capaces de localizar a sus presas ocultas bajo 60 centímetros de nieve. Tienen una precisión asombrosa y en su cara ancha, en forma de disco, está la clave.
Gracias a sus chillidos, dos nuevas especies de búhos han podido ser identificadas por un equipo internacional de científicos en la selva amazónica. A pesar de su reciente hallazgo, estas aves ya se encuentran en peligro de extinción por los incendios de los bosques del Amazonas y la fragmentación de su hábitat.
Un equipo científico ha estudiado la variación en la coloración amarilla del iris del mochuelo europeo (Athene noctua) y el autillo europeo (Otus scops). Este rasgo se relaciona con la edad y la calidad de los individuos en ambas especies.
Un equipo científico ha analizado los restos fósiles de comida regurgitada de búhos –que incluye trozos de huesos, pelo y dientes sin digerir de pequeños mamíferos– para determinar los cambios en el ecosistema de la Gran Cuenca de EE UU durante los últimos 13.000 años. Según sus conclusiones, el proceso de calentamiento iniciado en el siglo XIX está ocasionando la perdida de la resistencia natural de los habitats, ya que las especies que han desaparecido no han sido sustituidas por otras nuevas.