Científicos de la agencia especial estadounidense han elaborado mapas que les ayudarán a decidir dónde podrían aterrizar los primeros astronautas en el planeta rojo, con eventual disponibilidad de agua potable e ingrediente clave para el combustible de cohetes. Además, al perforar núcleos de hielo se descubriría la historia climática marciana, al tiempo que se exploran potenciales hábitats para la vida microbiana.
Cursos de ciencias, inmersiones en la piscina para simular paseos espaciales, entrenamiento de supervivencia este invierno en los Pirineos, superar la centrifugadora y los vuelos parabólicos forman parte del entrenamiento de este ingeniero español, que también aprende ruso y a poner una vía intravenosa. El objetivo es viajar a la Estación Espacial Internacional entre 2026 y 2030, sin dejar de soñar en poner luego un pie en la Luna.
Este ingeniero de la NASA, hijo de migrantes mexicanos en EE UU, pasó de recoger fruta en los campos de California a viajar a bordo de la Estación Espacial Internacional. Su vida se cuenta en la próxima película A Million Miles Away.
Los cuatro tripulantes de esta misión de la NASA y Space X, con participación de la ESA, llegaron este domingo al complejo orbital, donde trabajarán a lo largo de seis meses. Realizarán experimentos de ciencia y tecnología para preparar la exploración humana más allá de la órbita terrestre baja y beneficiar a la humanidad en la Tierra.
Los 'taikonautas' Jing Haipeng, Zhu Yangzhu y Gui Haichao despegarán rumbo a la estación espacial Tiangong desde la base de lanzamiento de Jiuquan, situada en una zona desértica del norte del país. La nave Shenzhou-16 los transportará al complejo orbital, donde permanecerán durante aproximadamente cinco meses.
La tripulación incluye a la primera mujer y el primer hombre negro en viajar alrededor del satélite. La misión pretende establecer una presencia humana permanente en el espacio profundo y lo aprendido sobre la superficie lunar será de utilidad para el próximo gran objetivo: enviar los primeros humanos a Marte.
Una indumentaria más flexible y resistente, mejoras en las botas y los guantes, un casco con luces y cámara de alta definición, más un elemento tradicional: el pañal. Así es el prototipo mostrado en Houston (EE UU) en negro y naranja, aunque el que llevarán los y las astronautas a partir de 2025 al suelo lunar probablemente sea blanco.
Sara García y Pablo Álvarez algún día podrían viajar al espacio. / Wearbeard