Durante la segunda quincena de enero y durante todo el mes de febrero, la aguja colinegra, un ave acuática migratoria de tamaño mediano y largo pico, realiza una escala en Extremadura a su regreso a Europa desde África. A pesar de las grandes distancias que recorre cada año, el ave presenta una gran plasticidad de comportamiento y sobrevive incluso a fenómenos atmosféricos extremos provocados por el cambio climático, según un nuevo estudio.