La ablación (aislamiento de las venas pulmonares) mediante catéter y la ablación con cirugía mínimamente invasiva a través de toracoscopia -técnica quirúrgica por medio de la cual se accede a la cavidad torácica- son las dos técnicas que actualmente se utilizan para tratar la fibrilación auricular refractaria a fármacos. Utilizar una u otra está condicionado por la complejidad de la técnica, el tiempo que requieren y las complicaciones que pueden surgir en el paciente tras su aplicación.