Hace una semana se inauguró el monumento funerario a Miguel de Cervantes en el convento de Las Trinitarias de Madrid, pero ¿realmente guarda los restos del autor de El Quijote? Los historiadores y científicos que los han analizado están prácticamente seguros de que sí, aunque si se pudiera realizar un cotejo con el ADN de algún familiar se podría aclarar el misterio. Los huesos de la abuela, los bisabuelos y tatarabuelos maternos del escritor, todos de familia adinerada y enterrados en la iglesia de Arganda del Rey, podrían tener la llave.
Tres urnas con los restos de Cervantes y otra quincena de individuos reposan detrás del monumento dedicado al autor de El Quijote que se ha inaugurado hoy en el convento de Las Trinitarias de Madrid. El acontecimiento ha sido posible gracias al trabajo conjunto de historiadores y científicos, que confían en que el cambio de gobierno municipal no demore más los pagos por su investigación.
La búsqueda de los restos de Cervantes ha devuelto a la actualidad la importancia de la antropología forense para desvelar los secretos de los huesos, sean los de una momia andaluza de la edad de Bronce, los de unos íberos masacrados o los de una joven princesa noruega enterrada en Castilla. Otras técnicas, como el carbono 14 han ayudado a datar a los amantes de Teruel, y el ADN ha confirmado la identidad de un corsario canario y del mismísimo Cristóbal Colón.