Muchos científicos se han cuestionado sobre la migración anual de las mariposas monarca desde el este de Norteamérica hacia determinados bosques de abetos en México. Investigadores estadounidenses han descubierto ahora que las mariposas utilizan sus antenas, y no su cerebro como se pensaba, como mecanismo para guiarse a través de los 3.000 km de viaje hasta su destino final.