Visitar a amigos, ir al cine o hacer trabajos voluntarios activan regiones específicas del cerebro necesarias para el reconocimiento de caras y emociones, la toma de decisiones y sentirse recompensados. Un estudio de investigadores estadounidenses sugiere que podría “prescribirse” la sociabilización para disminuir el riesgo del deterioro cognitivo.
El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, que este año viene marcado por la pandemia de la covid-19. El nuevo coronavirus está teniendo un gran impacto psicológico, especialmente entre los más mayores, y sus verdaderas consecuencias no se conocerán hasta más adelante. Hablamos de ello con el secretario de la Sociedad Española de Psicogeriatría.
Un estudio ha analizado la proporción de individuos de avanzada edad que participan en las pruebas de tratamientos y vacunas para el nuevo coronavirus. Además de las restricciones por edad y por presencia de patologías para proteger su salud, hay otras condiciones que limitan la participación de los ancianos, como el acceso a las tecnologías, y que pueden poner en riesgo las evaluaciones de efectividad y seguridad.
Investigadores del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza han analizado la relación que existe entre el perímetro del cuello de las personas que viven en residencias de mayores y la probabilidad de desnutrición. Valores por debajo de 37,8 cm en varones y 35,2 cm en mujeres indican riesgo.
Las personas mayores con discapacidad pueden mejorar mucho su salud haciendo de forma regular actividad física adaptada a sus posibilidades. Así lo demuestra un estudio dirigido desde la Universidad Autónoma de Madrid en el que participaron más de 3.500 adultos mayores españoles.
Un estudio de la Universidad de Salamanca alerta de que el 20% de las personas con demencia sufre algún tipo de maltrato por parte de sus cuidadores. Los autores destacan que casi siempre son malos tratos psicológicos fruto del estrés de los propios familiares ante la falta de apoyo que sufren. El cuestionario, que han adaptado a la realidad española, podría servir para detectar casos en las consultas de neurología.
Un grupo de investigadores ha evaluado los efectos que las condiciones de la vivienda pueden tener sobre la salud funcional de los ancianos. Vivir en un piso sin ascensor o no tener calefacción son aspectos determinantes. Los resultados sugieren que una mejora de las condiciones ayudaría a mantener su buena función física durante más tiempo.
Los mayores de 65 años que sobreviven a un desastre natural se enfrentan a la ausencia de cuidados médicos, a la pérdida de familiares, amigos y hogares y al aislamiento social, lo que repercute en su salud mental. Tras encuestar a más de 3.500 ancianos supervivientes del terremoto y el tsunami que asolaron Japón en marzo de 2011, un equipo de científicos revela que la pérdida cognitiva aumenta, sobre todo, por la destrucción de sus casas.
La vida del Homo sapiens puede tener un límite natural, y ese límite absoluto está ahora en los 125 años. Según investigadores de EE UU, el número de centenarios aumentó entre los años 70 y 80 del siglo pasado, y luego se redujo. Los científicos piden que, en lugar de dedicar recursos a alargar la vida, se destinen a mejorar la asistencia sanitaria que se presta a los ancianos.
Para una persona de edad avanzada interpretar de forma correcta la expresión facial de su interlocutor no es una tarea sencilla, algo que se complica si este gesticula o le habla a la vez. La pérdida de habilidades cognitivas explica esta merma en sus capacidades, que no experimentan los jóvenes, tal y como revela un estudio en el que participan la Universidad Complutense de Madrid y la UNED.