La reapertura de la cueva de Altamira (Cantabria), tras doce años cerrada al público, no está exenta de polémica. Estudios científicos previos desaconsejaban esta opción; sin embargo, el patronato que custodia las pinturas rupestres quiere compartir este patrimonio cultural con la sociedad. Marián del Egido, nueva directora del Museo Nacional de Ciencia y tecnología (MUNCYT), ha sido la coordinadora del proyecto que desde el 26 de febrero permite la entrada de cinco personas a la cueva cada semana hasta el mes de agosto.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) han identificado la existencia de una segunda apertura al exterior en la Cueva de Altamira (Cantabria). El estudio arroja luz sobre la dinámica atmosférica de la cueva y es esencial para diseñar medidas más eficaces para la conservación de las pinturas y grabados del Paleolítico superior.
Un equipo multidisciplinar de científicos, liderado por la Universidad del País Vasco, ha realizado un estudio que prueba que las primeras fases del arte paleolítico de la cueva de Altamira (Cantabria) fueron realizadas por los primeros grupos de Homo sapiens que poblaron Europa. El trabajo indica también que estas muestras artísticas se dilataron en el tiempo por lo menos 20.000 años lo que implica que son más antiguas de lo que se pensaba.
Un estudio liderado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido que los biocidas empleados en la cueva de Lascaux, en Montignac (Francia), han sido “ineficaces” y podrían haber favorecido la aparición de nuevos hongos y bacterias.
Científicos españoles han catalogado y analizado la distribución de los diferentes microorganismos que habitan en la cueva de Altamira, en Cantabria. El equipo responsable de la investigación ha podido comprobar que las pinturas y grabados de Altamira se encuentran en un estado de fragilidad y los expertos son partidarios “de que la cueva vuelva al estado que tendría antes de su descubrimiento”, sin visitas.
El Patronato de Altamira aprueba por unanimidad su decisión de reabrir el acceso a la cueva con el fin de “establecer las condiciones de máxima accesibilidad que simultáneamente garanticen la sostenibilidad de la cueva”.
Esta afirmación no es nueva, pero durante años antropólogos, arqueólogos e historiadores del arte entendieron estas manifestaciones artísticas como motivos puramente estéticos o decorativos. Eduardo Palacio-Pérez, investigador de la Universidad de Cantabria (UC), revela ahora los orígenes de una teoría que perdura hasta nuestros días.
Investigadores del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS-CSIC) han descubierto un nuevo género de bacterias del orden Actinomycetales en Altamira (Cantabria). Hoyosella altamirensis es el nombre con el que los científicos del Consejo han bautizado este microorganismo aislado. El hallazgo, realizado por un equipo de trabajo liderado por Cesáreo Sáiz-Jiménez y Valme Jurado, ha sido publicado en la revista International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology a finales del pasado mes de julio.