El tabaco, el alcohol y el sobrepeso estuvieron detrás de muchas de las 4,45 millones de muertes por cáncer que se produjeron en 2019, según un estudio que publica esta semana la revista The Lancet.
Un informe elaborado por el Ministerio de Sanidad revela que el consumo de alcohol en la población general española no ha disminuido en los últimos 20 años y, además, se asocia con una gran carga de enfermedad y mortalidad. El problema es especialmente preocupante entre los jóvenes, más vulnerables a sus efectos.
Un nuevo estudio realizado en Escocia analiza el funcionamiento de las medidas anticovid dentro de los locales con licencia para vender alcohol y cuestiona si es posible prevenir eficazmente la transmisión del SARS-CoV-2.
Los datos aportados por más de 100.000 británicos durante cuatro años han permitido encontrar pruebas de que los profesionales de determinados oficios son más proclives a convertirse en bebedores habituales. Entre ellos están los trabajadores del ocio nocturno y de la limpieza industrial, profesores de autoescuela, escayolistas y altas directivas.
Investigadores españoles han caracterizado cómo es el dolor de cabeza causado por la ingesta de alcohol, una de las principales causas de cefalea. Los resultados sugieren que el alcohol puede desencadenar una cefalea similar a la migraña, incluso en personas sin antecedentes personales de esta.
Investigadores españoles concluyen que no hay evidencias de que el consumo moderado de diferentes bebidas alcohólicas pueda relacionarse con beneficios para la salud o un menor riesgo de enfermedad. Tras revisar estudios publicados en los últimos 20 años, la recomendación es clara: el consumo más seguro es el consumo cero.
Los resultados de la encuesta europea sobre consumo de drogas en el contexto de la pandemia por COVID-19 indican que el 71,9 % de las personas que se declaran consumidoras de sustancias psicoactivas ilegales han cesado o han reducido la frecuencia o la cantidad de su consumo.
Un nuevo estudio realizado en ratas y humanos revela un mecanismo de adicción al alcohol desconocido hasta el momento. El trabajo revela cómo en los bebedores habituales, las células inmunitarias del cerebro facilitan vías de comunicación neuronal normalmente limitadas.
El confinamiento y la inminente crisis social y económica pueden tener su efecto en la ingesta de alcohol y aumentar las desigualdades en colectivos vulnerables. Para Xisca Sureda, investigadora en Salud Pública y Epidemiología de la Universidad de Alcalá, “quizá este sería un buen momento para desempolvar, revisar y aprobar una ley de alcohol y menores que parece haber quedado en el olvido”.
Investigadores españoles han demostrado que llevar una alimentación saludable, realizar actividad física y limitar la ingesta de alcohol y tabaco está asociado con un 48 % menos riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, el segundo tipo de tumor más frecuente en mujeres y el tercero en hombres.