Lugares habituales donde se bebe o el olor de algunas bebidas son estímulos que atraen la atención de la persona dependiente, perpetúan el consumo y son un factor de riesgo de recaída. La Universidad Complutense de Madrid y el Hospital Universitario 12 de Octubre estiman que la medición del sesgo atencional podría servir para predecir recaídas y a partir de ahí reforzar el seguimiento del paciente.
El desarrollo de este atlas ha sido posible gracias a la secuenciación del genoma completo de 2.023 tumores de colon. Los datos generados a partir del análisis están accesibles para la comunidad científica.
El nuevo informe de la institución sanitaria señala que 2,6 millones de fallecimientos anuales se deben al consumo de esta sustancia, cifra que representa el 4,7 % del total. En el caso de las drogas psicoactivas, los decesos se sitúan en 0,6 millones.
A pesar de lo que se pueda pensar sobre este procedimiento, podría ayudar a restaurar las bacterias buenas del intestino eliminadas por el consumo excesivo de alcohol, según un estudio en ratones llevado a cabo en la Universidad Complutense de Madrid y otros centros de España y Chile. Los animales machos de mediana edad fueron más susceptibles a los daños de la bebida etílica que las hembras.
Dificultades de regulación emocional y ciertos déficits cognitivos, así como cambios en la actividad cerebral. Estas son las consecuencias del consumo excesivo de esta sustancia en la juventud, según un nuevo estudio que plantea también factores de riesgo de una posible futura adicción.
Un nuevo estudio revela que las personas que soportan abusos y desatención en la infancia pueden tener tres veces más probabilidades de ingresar en un hospital por trastornos relacionados con el consumo de alcohol y otras sustancias a la edad de 40 años, en comparación con las que no sufren estos daños.
El consumo crónico de este tipo de bebidas produce alteraciones en la microestructura cerebral que son notables en la sustancia blanca y que progresan incluso durante la abstinencia. Investigadores del Instituto de Neurociencias han conseguido proteger dicha sustancia al emplear la estimulación magnética transcraneal.
Los autores de este trabajo, de la Universidad de Oviedo, destacan que el alto contenido de cafeína, a menudo combinado con azúcares y otros estimulantes, puede generar efectos adversos en el sistema cardiovascular, digestivo, endocrino y sobre la salud mental. Durante la investigación han analizado 192 estudios con una muestra total de más de un millón de personas.
Una hormona llamada FGF21 protege a estos animales contra la pérdida de equilibrio y otros síntomas de ebriedad que induce el etanol. Lo consigue mediante la activación de una región del cerebro que controla el estado de alerta.
Tras la resaca de la Navidad y el comienzo de año, llega el momento de los buenos propósitos. Entre ellos suele estar hacer deporte y tener hábitos más saludables. Hemos hablado con varios expertos sobre los últimos estudios de consumo de alcohol y su impacto en la salud, ya que cada vez más gente en España cree que tiene algún beneficio, cuando no es real.