Dentro de la industria cárnica, los residuos originados en los mataderos son los que poseen un mayor poder contaminante, fundamentalmente por la presencia en ellos de sangre. Una tesis doctoral, obra de Juan José Espinosa, de la Universidad de Burgos (UBU), ha demostrado que a través de una serie de técnicas es posible convertir todos estos residuos en biogás que, si bien no va a generar la energía suficiente como para mantener una planta entera, sí puede servir de combustible para este proceso de depuración.