Desde la invención de la agricultura, hace 10.000 años, el ser humano ha transformado de tal manera algunas plantas y animales que ahora estas especies serían incapaces de sobrevivir en la naturaleza. Ejemplo de ello es el maíz, fruto de la modificación genética. Sin embargo, según la FAO, para 2050 la producción de alimentos deberá aumentar un 70% para abastecer a la población mundial. Ahora, el reto de la agrigenómica es encontrar las especies del futuro.