Con la ayuda de un pequeño telescopio, Alessandro Maggi, un astrónomo aficionado, fotografió la galaxia Andrómeda II sin darse de cuenta de que en la instantánea aparecía también uno de los cuerpos más escurridizos del cosmos: una galaxia difusa. Un equipo internacional de científicos que cuenta con la participación de la Universidad Complutense de Madrid ha verificado el hallazgo, el primero de este tipo registrado en el gran cúmulo galáctico Piscis-Perseo.