Las interneuronas gigantes de una región del cerebro llamada núcleo accumbens desempeñan un papel importante en el control de la respuesta del cerebro a la cocaína.
Muchos comportamientos humanos están condicionados por mecanismos de recompensa y castigo, aunque cada persona actúa de forma diferente ante estos estímulos. De hecho, existen personas que tienen más tendencia a buscar recompensas o placeres y en cambio otras muestran tendencias más fuertes a evitar pérdidas o acontecimientos negativos en la vida.
La nueva versión del Índice de Gravedad de la Adicción (ASI, por sus siglas en inglés) brinda a los profesionales de la salud la posibilidad de diseñar un plan de atención integral e individualizada a los pacientes con trastorno por uso de sustancias.
Un 10,2% de la población de entre 15 y 64 años consume diariamente bebidas alcohólicas.
La versión española de la escala de narcisismo encubierto (HSNS) puede resultar un instrumento válido para la estimación del narcisismo encubierto en sujetos tratados por adicción o abuso de substancias. El estudio aporta una perspectiva distinta a lo habitual en el tratamiento del consumo de sustancias. El narcisismo define a las personas egoístas, sensibles a las críticas y con una visión sobredimensionada de sí mismas.
Un equipo internacional de investigadores ha identificado un fragmento diminuto en el ARN regulador no codificante que desempeña un papel crítico en el consumo compulsivo de cocaína. La investigación, publicada esta semana en la revista Nature, revela cómo las estrategias terapéuticas diseñadas para atacar los microARNs pueden tener propiedades anti-adictivas.
La heroína es el opiáceo de uso más frecuente en el mundo y produce euforia transitoria, sedación y analgesia.