La creciente presión humana y el calentamiento global están reduciendo las zonas en las que pueden pacer los renos del norte de Europa, protagonistas de #Cienciaalobestia. Ambos factores ponen en riesgo la supervivencia de estos fabulosos rumiantes.
Un nuevo estudio internacional demuestra que los humanos utilizaron el fuego regularmente para limpiar pequeñas áreas abiertas en la selva de la Amazonia y, así, posiblemente atraer a grandes mamíferos hace unos 10.000 años. Sin embargo, los investigadores confirman que la deforestación es en realidad un fenómeno actual.
Las poblaciones de gorgonias y otros organismos bentónicos del Parque Natural del Cap de Creus y el Parque Natural del Montgrí han sufrido una alta mortalidad durante 2017 a consecuencia de la proliferación de algas filamentosas en el litoral catalán. Este fenómeno podría ser el resultado de las altas temperaturas durante la primavera y el verano de aquel año y la elevada concentración de nutrientes en el medio, según apunta el informe sobre el seguimiento del medio marino en estos parques catalanes.
Los efectos de un temporal intenso cada 25 años podrían hacer desaparecer las poblaciones del alga marina Cystoseira zosteroides –una especie endémica del Mediterráneo de gran valor ecológico para la biodiversidad del bentos marino–, según revela un nuevo estudio. Esta especie de alga es una de las más sensibles a los impactos medioambientales y antropogénicos en el Mediterráneo.
Arqueólogos de la Universidad de Granada han encontrado indicios de actividades humanas de hace 1,4 millones de años, como la talla de piedras o animales descuartizados, en el yacimiento de Barranco León, en Orce (Granada). Además, los investigadores han establecido una asociación espacial de industria lítica, bloques de caliza y restos de fauna localizados que ofrecerán nuevos datos sobre el yacimiento.
Los efectos producidos por la actividad humana, que incluyen el rallado de las paredes, están acelerando mucho el deterioro de la Tumba del Mausoleo Circular de Carmona (Sevilla). Así lo constata un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que también identifica y localiza colonizaciones microbiológicas.
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas muestra la evolución de la vegetación y el impacto de las actividades humanas en el lago Arreo (Álava). El análisis de los sedimentos ha revelado la huella de la llamada Anomalía Climática Medieval, un período marcado por las altas temperaturas y la aridez.
La contaminación química y biológica y la disminución de alimento por la sobrepesca favorecen la dispersión de agentes infecciosos en el medio marino y aumentan su patogenicidad en algunas especies marinas, según alerta un estudio mundial realizado por científicos de once países. El estudio, publicado el mes de octubre en la revista Diseases of Aquatic Organisms, describe cómo este factor ha tenido un efecto significativo sobre varias especiales animales y, de un modo particular, sobre las poblaciones de cetáceos y otros mamíferos marinos.