Rob Hynes se dedica a estudiar los discos de acreción, que se originan alrededor de objetos compactos. Le interesa comprender su estructura, la forma que adquieren, cómo son calentados y golpeados por rayos X, y el modo en que esto afecta a su comportamiento. Dice que ha acabado en este campo en gran parte por casualidad, pero está contento de trabajar en él. Actualmente, y después de haberse movido bastante, investiga en la Louisiana State University (Estados Unidos).
Opina que Oxford es una ciudad histórica con un excelente ambiente, “un lugar excepcional para la investigación”. Se enamoró de la supernova 1987A, que explotó cuando estaba realizando su tesis doctoral, y ha trabajado en ella durante veinte años. Hoy en día cree que ha conseguido arrancarle algunos de sus secretos.
Le entusiasma la historia de la Astronomía, especialmente la del siglo XIX, y transmite un gran interés por la ciencia en toda su diversidad: la botánica, la arqueología, la paleontología… Pero también por la música, la poesía y los libros. En general, persigue, como él mismo afirma, sus pasiones. En Astrofísica, esto significa hablar de estrellas binarias.
En principio no hay ningún límite a lo grande o pequeño que puede ser un agujero negro, porque su tamaño es proporcional a su masa. Ésta es una de las cosas que John F. Hawley, un especialista en las simulaciones de agujeros negros, comparte con SINC. Hay muchas más. El experto siempre trabaja en simulaciones por ordenador y nunca ha intentado hacer un trabajo observacional. Es un teórico puro.
Es holandés y trabaja en el Instituto de Astrofísica de la Max Planck Society en Garching (Munich) desde hace 30 años. Explica que cuando se incorporó al mercado laboral no había trabajo en Holanda, y destaca que le gusta mucho combinar el trabajo teórico con el observacional. Los últimos años ha viajado con frecuencia a La Palma para observar con el Telescopio Solar Sueco.