Un pinchazo en el dedo, un smartphone y el nuevo dispositivo de 34 dólares creado por los ingenieros de la Universidad de Columbia (EE UU) es todo lo que hace falta para detectar la presencia del virus del sida y la bacteria de la sífilis en la sangre. La prueba se completa en un cuarto de hora y abarata los costes tradicionales de los análisis, toda una ventaja para los sistemas de salud en los países empobrecidos.