Desde mediados de esta semana ha empezado a ser visible al anochecer, pero el domingo 17 alcanzará su distancia mínima al Sol y, aunque se podría desintegrar parcialmente, será un buen momento para apreciarlo con todo su esplendor. Después, tardará 434 años en regresar.
La comunidad astronómica ha podido observar, por primera vez con un telescopio terrestre, una gran mancha oscura en la atmósfera del gigante gaseoso, además de un punto brillante más pequeño en determinadas longitudes de onda. El hallazgo arroja luz sobre estos misteriosos fenómenos ocasionales.
Analizar las precipitaciones en otros planetas ayuda a los científicos a comprender la atmósfera de mundos similares a la Tierra. Las lluvias no solo permiten evaluar su posible habitabilidad, también nos explican sus orígenes.
Tras un primer acercamiento a Mercurio a través de la sonda BepiColombo, un equipo internacional de investigadores ha podido reunir los datos suficientes para determinar que los mecanismos que provocan las auroras en las magnetosferas planetarias podrían ser los mismos en todo el sistema solar. Los resultados se recogen en un artículo publicado por Nature Communications.
Como regalo final de su exitoso primer año, la NASA y la ESA han publicado la imagen captada por el telescopio espacial James Webb de la región de formación estelar más cercana a la Tierra. Se trata del complejo de nubes Rho Ophiuchi, situado a 390 años luz de distancia.
La Agencia Espacial Europea ha lanzado una nave de exploración hacía el gigante gaseoso y sus tres grandes lunas oceánicas: Ganímedes, Calisto y Europa, donde podría haber hábitats potenciales para la vida. La sonda tardará más de ocho años en llegar a su destino.
El 13 de abril parte la sonda Juice para explorar, en la próxima década, tres satélites galianos: Europa, Calisto y, sobre todo, Ganímedes. Bajo su gélida corteza se cree que hay grandes cantidades de agua, un elemento esencial para la vida. Comprender la física que gobierna estos mundos helados ayudará a entender lo que ocurre en lugares similares de nuestra galaxia.
Un equipo de astrónomos y astrónomas ha observado agua en estado gaseoso, con una firma química que explica su largo viaje, en el disco de formación planetaria de la estrella V883 Orionis. El descubrimiento sugiere que el agua de la Tierra podría ser más antigua que el propio Sol.
Un estudio liderado por un consorcio de España y Alemania ha hecho públicas 20.000 observaciones de una muestra de 362 estrellas frías cercanas, tomadas desde el telescopio almeriense de Calar Alto entre 2016 y 2020. Los resultados han incrementado el censo de planetas conocidos en el vecindario solar.
Ilustración Nicolás Copérnico./ Curro Oñate