Del tamaño de una semilla de sésamo, una nueva especie de avispa, descubierta en Costa Rica, introduce sus larvas dentro de un insecto vivo para que se alimenten de él hasta la edad adulta. El análisis de especímenes hallados en 1985 revela que, contrariamente a otros parásitos que emplean sus mandíbulas, esta avispa, protagonista de #Cienciaalobestia, hace uso de una serie de dientes situados en su espalda para serrar a su víctima y emerger de ella.
En el medio subterráneo superficial de la Sierra de Guadarrama, al centro de la península ibérica, se escondía una nueva especie parecida a un milpiés que los científicos han denominado Guadarramasoma ramosae. El hallazgo muestra la necesidad de seguir estudiando estos entornos que aún pueden ocultar multitud de nuevas especies que han pasado inadvertidas.
Los robots inteligentes que salen en las películas tienen poco que ver con la realidad. Sin embargo, es un hecho que la tendencia de la robótica actual es crear máquinas independientes en la medida de lo posible. En esta línea un grupo de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha proporcionado a un robot la capacidad de ver puertas e identificar los pomos, una aportación al reto de crear máquinas conscientes.
Es uno de los rincones más bellos de la provincia de Ávila pero curiosamente, a la vez, uno de los menos conocidos. Se trata de la Sierra de Villafranca, pegada a los pies de Gredos, que le debe quizá al espacio natural más famoso de estas tierras ese desconocimiento de siglos que, a la vez, se ha convertido en su mejor aliado. Y es que gracias a ese involuntario aislamiento, la Sierra de Villafranca se mantiene casi libre de la intervención del hombre, conservando especies animales y vegetales únicas en el centro peninsular.