Una investigación dirigida por el ISGlobal de Barcelona apunta al uso de pequeñas vesículas derivadas de glóbulos rojos inmaduros como plataforma para una vacuna contra el Plasmodium vivax, el parásito de la malaria predominante fuera de África subsahariana.
Aunque la malaria provocada por Plasmodium vivax es raramente mortal, esta enfermedad supone una terrible carga para la salud y la economía de los países que la sufren. La investigación de esta forma de malaria requiere grandes dosis de voluntad política y esfuerzo científico, pues se ha tendido a subestimar su importancia. El genoma de este parásito aporta datos relevantes para futuras investigaciones. El descubrimiento de familias de genes exclusivas y lo que parecen nuevos caminos de invasión para penetrar en los glóbulos rojos abren también algunos interrogantes. El CRESIB es el único centro español que participa en la publicación de este estudio.