Un equipo del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC) ha conseguido establecer por primera vez en ratones modificados genéticamente un nexo de unión in vivo entre la aneuploidía, alteración en el número de cromosomas, y la pérdida de cohesión centromérica, un proceso imprescindible para que se lleve a cabo la meiosis, parte de la división celular. Los resultados del estudio, publicados hoy, 1 de septiembre de 2008, en una de las revistas biomédicas más destacadas, Genes and Development, señalan que la proteína Shugoshina-2 se relaciona con anomalías cromosómicas e infertilidad.