Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN, CSIC) han descubierto que las capas microscópicas de material orgánico de las náyades o almejas de río están presentes en sus conchas al menos desde el Cretácico, hace más de 65 millones de años. El estudio aporta nuevos datos sobre la evolución de estos moluscos.
La Margaritifera auricularia, un gran bivalvo de agua dulce, peligra debido a las obras de modernización del Canal Imperial de Aragón. Los investigadores descubrieron que las acequias alimentadas por el Ebro constituyen el principal reducto para las náyades.