El morbillivirus acabó con la mitad de la población de delfines mulares del Atlántico en los años 1987 y 1988. Ahora una variante más agresiva ha sido detectada en individuos aislados del Mediterráneo. La hipótesis principal de un equipo de científicos españoles es que un animal enfermo procedente de aguas atlánticas la introdujo y los infectó.