Los medicamentos biosimilares son los equivalentes complejos de los genéricos. Son copias, aunque no exactas, de medicamentos de origen biotecnológico, muy costosos de producir y, por lo tanto, caros para los sistemas sanitarios. La expiración de las patentes ha abierto el mercado a la producción de copias más baratas, y se espera que la entrada estos medicamentos en el mercado favorezca el acceso a tratamientos caros para los pacientes con patologías severas, como el cáncer.