Investigadores de las universidades de Córdoba y Granada han validado una nueva tecnología que transforma el lodo de las aguas residuales en fertilizantes de forma eficiente. El sistema, probado a escala industrial, evita malos olores y reduce hasta en dos meses el tiempo que se necesita para sanear la materia orgánica del lodo y convertirla en abono para la agricultura.
Al recubrir los huecos de las canteras de las que se extrae el mármol con sus propios residuos renacen plantas con las que se mejora el impacto visual de la zona. Así lo revelan investigadores de la Universidad de Almería que han conseguido que en las explotaciones mineras de Macael y algunas parcelas de Aznalcóllar afectadas por el vertido de tóxicos de hace casi 20 años vuelvan a crecer distintas especies vegetales.
Un nuevo modelo utiliza aguas residuales y lodos para promover el crecimiento de vegetación en terrenos degradados. La técnica también permite reducir el transporte de pesticidas a través del suelo, impidiendo que estos alcancen con facilidad a las raíces de las plantas y afecten a su desarrollo y actividad reproductiva.
Grupo Calcinor, Neiker-Tecnalia y Gaiker-IK4, desarrollan un sistema para reutilizar con garantías sanitarias lodos procedentes de aguas residuales. Aplicarán cal para higienizar los lodos de las estaciones depuradoras y posibilitar su uso en la agricultura con total garantía para la seguridad alimentaria.
Investigadores del Instituto del Agua de la Universidad de Granada desarrollan un proyecto con el que pretenden definir el proceso para obtener diesel más eficiente que el tradicional, a partir de lodos de estaciones depuradoras de aguas residuales y la acción de bacterias.
El Instituto del Agua de la UGR explora el uso de bacterias para la obtención de microdiésel a partir de los lodos de las aguas residuales.
Científicos catalanes confirman que los lodos de depuradora utilizados parcialmente como alternativa al combustible permiten a las fábricas cementeras reducir las emisiones de CO2, cumplir con el Protocolo de Kioto, no poner en peligro la salud de las personas, y además ser más rentables. Así se desprende de la evaluación del impacto ambiental.
Dentro del del programa Consolíder que promueve el MEC, uno de los macroproyectos más novedosos es el NOVEDAR (Nuevas Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales), destinado a desarrollar e implementar sistemas de tratamiento de aguas residuales novedosos, además de evaluar y optimizar las estrategias operacionales de las plantas. La iniciativa, en la que participan ocho grupos de investigación españoles y dos holandeses, está liderada por la Universidad de Santiago de Compostela.