Científicos catalanes confirman que los lodos de depuradora utilizados parcialmente como alternativa al combustible permiten a las fábricas cementeras reducir las emisiones de CO2, cumplir con el Protocolo de Kioto, no poner en peligro la salud de las personas, y además ser más rentables. Así se desprende de la evaluación del impacto ambiental.
La dependencia al petróleo y al carbón podría terminar. Investigadores de la Universidad Rovira i Virgili (URV) han analizado el impacto sobre el medio ambiente y la salud de las personas de un combustible alternativo que soluciona varios problemas a la vez. Son los residuos sólidos de las plantas depuradoras de grandes ciudades.
Los científicos han examinado por primera vez este método en una planta cementera en Vallcarca (Cataluña) que lleva más de 100 años produciendo cemento, y en el último número de la revista Environmental Science and Pollution Research confirman que es “la mejor opción para eliminar los lodos que habría que ubicar en otro territorio, y a la vez hacer funcionar la fábrica”.
“Como los lodos ya son residuos, su quema no computa globalmente para las emisiones de CO2 atmosférico que, según el Protocolo de Kioto, cada país tiene asignado”, explica a SINC José Luis Domingo, autor principal del estudio y director del Laboratorio de Toxicología y Salud Ambiental de la URV.
De esta forma, las plantas cementeras, una de las industrias que más contaminan por CO2 y que emiten dioxinas, furanos y metales pesados, podrían consumir energía de manera más ecológica. En la cementera catalana, se ha llegado a sustituir hasta el 20% de la energía producida con combustibles fósiles por los lodos de depuradora.
Desde el punto de vista económico, los científicos no aseguran que las plantas cementeras aumenten o no sus beneficios, pero “no tendrán que pagar coste por exceder emisiones”, subraya el investigador. El beneficio económico de este sistema depende también del precio del fuel.
Uno de los aspectos más importantes para los científicos de la URV es la reducción del impacto ambiental, y por tanto de los riesgos para la salud de las personas que viven cerca de las plantas. El experimento con los lodos ha permitido disminuir unas 140.000 toneladas de CO2 entre 2003 y 2006, y reducir las muertes potenciales por exposición a contaminantes químicos. Además, el estudio demuestra que con este combustible ecológico se evitarían 4,56 cánceres por cada millón de habitantes.
Los investigadores insisten en hacer estudios individualizados por cada planta, porque “todavía no se sabe si para toda la industria cementera esto va a ser positivo”, señala Domingo. Pero si se cumplen las condiciones, gestionar los lodos de depuradora en las fábricas cementeras es “una solución muy buena”, concluye el científico catalán.
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Referencia bibliográfica:
Nadal, Marti; Schuhmacher, Marta; Domingo, José Luis. “Cost-benefit analysis of using sewage sludge as alternative fuel in a cement plant: a case study” Environmental Science and Pollution Research 16(3):322-328, mayo de 2009.
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