Un equipo liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha identificado el mecanismo por el que el parásito Leishmania evita ser detectado: a través de la proteína SHP-1, responsable de funciones celulares básicas. Este hallazgo sitúa a dicha enzima como posible diana terapéutica para el desarrollo de vacunas contra la enfermedad.
Gracias a técnicas de biología molecular, un grupo de científicos ha detectado, por primera vez en España, ADN del parásito Leishmania tarentolae en el mosquito flebotomo Sergentomyia minuta. Según el trabajo, la identificación de potenciales vectores de Leishmania es un paso esencial en los estudios de transmisión de enfermedades transmitidas por artrópodos a animales y humanos.
Una investigación, publicada en Parasites & Vectors, en la que han participado investigadores del Laboratorio de Parasitología de la Facultad de Farmacia de la Universitat de Barcelona (UB) y de ISGlobal, ofrece nuevos datos sobre la epidemiología de la leishmaniosis en la isla de Mallorca. Los investigadores describen además los lugares donde la presencia de los insectos transmisores de la enfermedad es más frecuente.
La llegada de las altas temperaturas y el cambio climático ha favorecido la expansión y el aumento de enfermedades transmitidas por insectos en la Península Ibérica y Baleares, como leishmaniosis, malaria o dirofilariosis, según informa la Sociedad Española de Parasitología.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de La Laguna, el Instituto de Salud Carlos III y la Universidad Autónoma de Madrid han realizado avances muy significativos en el desarrollo de una vacuna frente a la leishmaniasis canina.
El grupo de Parasitología del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC-UAM) ha centrado sus investigaciones en la búsqueda de una vacuna que active la inmunidad frente al parásito causante de la leishmaniosis.