Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de La Laguna, el Instituto de Salud Carlos III y la Universidad Autónoma de Madrid han realizado avances muy significativos en el desarrollo de una vacuna frente a la leishmaniasis canina.
La leishmaniasis, una grave enfermedad infecciosa asociada a la pobreza en países tropicales, es bien conocida en nuestro entorno por tener gran incidencia en la población canina. Actualmente no existe una vacuna frente al agente causante, un microorganismo llamado Leishmania, que es transmitido por la picadura de pequeños insectos hematófagos.
La malaria, las tripanosomiasis y las leishmaniosis constituyen un grupo de enfermedades terribles que afectan a una gran proporción de la población humana, pero que son catalogadas como “enfermedades olvidadas” al no tener gran incidencia en la población de los países desarrollados.
Sin embargo, en España y otros países mediterráneos, esto no es así, puesto que la leishmaniosis es un grave problema veterinario. Además, con cierta frecuencia se producen casos de enfermedad en humanos, principalmente en personas con sida o en situación de inmunosupresión.
Conscientes de los problemas sanitarios causados por las enfermedades parasitarias, a través del Fondo de Investigaciones Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III se viene apoyando decisivamente una investigación sobre estas enfermedades en el marco de una red nacional de grupos de investigación denominada RICET (red de investigación colaborativa en enfermedades tropicales). Fruto de esta colaboración, recientemente se han dado a conocer los avances obtenidos en el desarrollo de una vacuna frente a la leishmanisis canina.
Estas investigaciones, dirigidas por Javier Moreno, en las que además han intervenido investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de La Laguna, el Instituto de Salud Carlos III y la Universidad Autónoma de Madrid, han sido recogidas en la prestigiosa revista científica “Vaccine” (último número de Marzo). Mediante un análisis minucioso de la respuesta inmunitaria en un grupo de perros en distintos estados de enfermedad, estos investigadores han identificado a tres moléculas del parásito como candidatos idóneos para el desarrollo de una vacuna frente a esta dolencia.
La relevancia de estos estudios se encuentra en el hecho de que actualmente no existe un método de control eficaz frente a la enfermedad, y que una vacuna frente a la leishmaniosis canina es considerada como la única medida capaz de frenar la expansión de la infección en este importante animal de compañía para el hombre. Además, el desarrollo de una vacuna en perros tiene dos implicaciones importantes para controlar la enfermedad en humanos.
Por un lado, se considera que el perro es el mejor modelo experimental para estudiar la enfermedad visceral en humanos (la forma más grave de la enfermedad); por ende, una vacuna eficaz en perros es presumible que también sirva para combatir la enfermedad en humanos.
Por otro lado, dado que el perro infectado es el principal almacén de las especies más agresivas del parásito, el control de la infección en el perro va a tener una incidencia directa en la disminución de la transmisión a humanos, la que ocurre a través de la picadura de mosquitos hematófagos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen unos dos millones de casos nuevos de leishmaniasis en humanos y, por tanto, es una enfermedad infecciosa muy a tener en cuenta.